Personal del Museo Regional y del Servicio Médico Legal iniciaron los trabajos de exhumación de cerca de mil cuerpos que corresponderían a los obreros fallecidos en la Matanza de Santa María y que se encuentran en una fosa común.
La primera fase de las obras y que extenderán hasta la próxima semana, comprenden la demolición de una placa de cemento de un metro de espesor, aproximadamente, cubre el osario que fue sellado en 1962 y donde se hallarían los restos de unos mil obreros fallecidos durante la matanza de la Escuela Santa María de Iquique.
El arqueólogo Francisco Téllez, explicó que el rescate de los cuerpos, su análisis y clasificación podría demorar meses, debido a la cantidad de osamentas que permanecerían en el lugar. "Este osario no ha sido abierto hace más de 40 años y no sabemos aún con lo que nos encontraremos. Tenemos sólo la información de un operario que trabajó en las faenas de traslado de los restos hasta este lugar, por lo tanto, nuestra misión será comprobar si efectivamente corresponden a los trabajadores que murieron en los hechos de 1907", precisó.
Por su parte, el director del Servicio Médico Legal, Pedro Iriondo, apuntó que la exhumación de los cuerpos permitirá determinar las causas de muerte y analizarlas dentro del contexto histórico.
En la misma línea, el concejal Iván Pérez, aseguró que la exhumación de los cuerpos y su posterior traslado a un mausoleo, corresponde a un proyecto que busca saldar una deuda histórica con los obreros fallecidos. "Este es un día especial y de enorme trascendencia, existe una deuda con los obreros fallecidos y esperamos poder entregarles una sepultura digna, en caso de que los cuerpos que están en el osario correspondan a los trabajadores asesinados", puntualizó.
En 1962 y durante cuatro meses, un grupo de funcionarios del cementerio trabajaron para trasladar cerca de mil cuerpos de obreros que murieron producto de la acción de las tropas dirigidas por el general Silva Renard.
Los sepultureros transportaron en camiones los restos de los trabajadores, desde un mausoleo instalado en el Cementerio No. 2 de Iquique hasta una fosa que se encuentra a un costado de las actuales dependencias del Servicio Médico Legal.
En el osario, que mide unos siete metros de largo, cuatro de ancho y tiene una profundidad aproximada de cinco metros, fueron depositados casi mil cuerpos de los obreros asesinados. Los restos estaban disecados, en perfecto estado de conservación y fueron lanzados al lugar sin ningún orden específico.
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